lunes, 23 de julio de 2012

LA MONOGRAFÍA
La monografía (del griego monos, único, y grapho, escribir) es, etimológicamente, la descripción escrita de un tema determinado.
   El monografista debe profundizar con rigorismo en un tema concreto, y para ello debe aprender a manejar la bibliografía internacional. La elaboración de estos artículos desarrolla la capacidad de análisis, de crítica y de síntesis. Es una tarea que se puede evaluar objetivamente.
    La monografía no es un resumen de resúmenes. Es un trabajo analítico, donde el redactor tiende a discrepar o a coincidir con los autores consultados, condenar o recomendar técnicas de investigación, etc.; pero lo esencial es que el monografista no se muestre ajeno al informe por temor a comprometerse, sino que esté en él.
    Por tanto, la monografía es el tratamiento por escrito de un tema específico estudiado e investigado.
Respecto al tema de la monografía es recomendable:
a)   Sentir interés personal por él.
b)   Que sea sencillo y no esté ligado a otro tema con el cual se confunda  o se complique.
c)   Que esté claramente delimitado, es decir que lo entendamos con precisión conociendo sus límites.
d)   De extensión moderada, salvo que el tema por su naturaleza requiera amplitud.
e)   No es indispensable un tema absolutamente original.
f)    Evitar tendencia de copia y pegar información en línea.
g)   Tenga presente que la monografía debe sustentarla debidamente, en el tiempo fijado.
    Elegido el tema, se confeccionará un plan y se buscará en las fuentes el material apropiado. Es necesario hacer una sintaxis de los diferentes autores consultados, de los distintos aspectos, de las coincidencias, así como de las divergencias y, finalmente, el monografista deberá exponer su opinión.
PASOS A SEGUIR:
En el planteamiento del tema
-elección del tema
-adquisición de la información básica
-elaboración del plan de trabajo
A lo largo del trabajo
-recolección de datos
-ordenación e interpretación de los materiales
En la redacción final
-formulación coherente de los argumentos
-firmeza de las conclusiones
-precisa distribución final de la exposición
Así la monografía estará cuidadosamente realizada.
Una monografía bien hecha puede convertirse, después de una tarea de ampliación y reajuste, en un trabajo de investigación mayor.
LA ESTRUCTURA DEL TRABAJO
     Todo trabajo de investigación tiene una determinada estructura, es decir, una manera de disponer los elementos que componen ese todo organizado. Las partes en que se subdivide no son fijas. Es usual la siguiente estructura en la monografía:
1.       Portada o carátula
2.       Índice general
3.       Lista de tablas y figuras
4.       Introducción
5.       Cuerpo o  desarrollo del tema
6.       Conclusiones
7.       Anexos  o  apéndices
8.       Bibliografía
1.       Portada o carátula. Es la presentación del trabajo. Debe contener: a) Título del trabajo y, si fuera necesario, inmediatamente debajo, el subtítulo en letras menos destacadas; b) el nombre del autor o autores (en este último caso los apellidos en orden alfabético);c) inmediatamente debajo, el nombre del director, catedrático, tutor o asesor; d) institución; e) lugar (ciudad), y f) fecha (año).
2.       Índice general. El Índice general final se elabora una vez tipeado el trabajo .Es como el esquema del plan de trabajo, una tabla que contiene sólo los títulos de las secciones más importantes del estudio: partes, capítulos, subcapítulos. En la misma línea a la derecha de donde aparece cada uno de los títulos, se verá el número de página donde empieza. Este índice revelará el orden y la sistemática del trabajo. La exactitud, la belleza de expresión de los títulos y su capacidad de sugerir con breve frase el contenido de la sección, constituyen la prueba del dominio intelectual del investigador. Es conveniente colocarlo después de la portada y antes de la Introducción.
3.       Lista de tabla y figuras, y listas de ilustraciones
Las ilustraciones facilitan la comprensión de la explicación escrita. Toda ilustración —sea que represente directamente (fotografías y dibujos), esquematice (mapas, cronologías y cuadros sinópticos), ordene los datos (tablas estadísticas) o muestre ciertos valores absolutos o relativos (gráficas estadísticas)— permite ver en figuración entera con claridad y evidencia aquello que la explicación verbal, o muy abstracta o muy concreta, entrega sólo paulatinamente. Son complementarias o supletorias de lo escrito.
Cuando un trabajo de investigación incluye tablas y figuras, debe confeccionarse un índice de éstas, de acuerdo con las secuencias numéricas dispuestas por orden de aparición en el texto. Bajo el título de “Lista de tablas y figuras” se indicará el nombre de cada figura, o el número si no tuviera nombre, de cada una y a continuación, a la derecha, el número de página donde se halla.
Esta lista será presentada en una página que siga al índice general.
No es conveniente que se agrupen las ilustraciones al final o en el medio del trabajo. La ilustración debe ser ilustración inmediata del texto expositivo. Pierde mucho de su utilidad si no se la exhibe en el lugar correspondiente.
Es tradicional utilizar en el sistema de notación los números romanos para diferenciarla del índice general.
4.       Introducción
La retórica clásica, siguiendo las indicaciones que vertiera Aristóteles, enfatizaba que en la  introducción había dos componentes fundamentales tales que en su denominación latina se corresponden con la captatio benevolentiae y la partitio. El primer término refiere a los modos que el orador o autor utiliza para sensibilizar a su audiencia, para conmoverla, y, en consecuencia, predisponer y capturar la atención para que se siga con interés lo que a continuación se expondrá. En el caso de los escritos que  aquí se describen, tal función debería ser entendida en los términos de que necesariamente en la introducción debe incluirse una cierta estrategia tendiente a convencer a la audiencia para que lea lo que sigue. La pregunta que tendría que hacerse el autor es ¿por qué debería alguien invertir su tiempo y leer lo que yo escribo sobre este tema? La respuesta anticipada a esta pregunta estratégicamente debe formar parte de la introducción.
El segundo término, la partitio, puede interpretarse como una “gentileza” hacia el lector, así como también como un marcador estructural y lógico. Refiere a esa parte de la introducción que se ofrece como una suerte de “índice”; es decir, algunas frases en las que el autor le adelanta al auditor o lector los pasos que va a seguir su trabajo: “Primero haré esto, y luego esto otro, y más tarde aquello otro...”. El desarrollo en extensión, tanto de la captatio benevolentiae como de la partítio, es directamente proporcional a la extensión del trabajo, lo cual determina que en algunos casos pueda ser resumido en unos pocos renglones, pero aun así su consideración es importante para dar forma cabal a la introducción.
Su función es empezar a orientar al lector. Se expondrá brevemente el problema de que trata el trabajo, los antecedentes de la cuestión, los límites de la investigación, alcances y objetivos; al mismo tiempo que las fuentes, enfoques, métodos y técnicas utilizados en la tarea. Pueden agregarse en esta parte las expresiones de reconocimiento del autor hacia personas e instituciones que contribuyeron a la realización de la obra, que en un libro iría desglosado de la Introducción, en un prólogo o nota de agradecimiento.
5.       Cuerpo o Desarrollo del tema
Es lo esencial del trabajo de investigación y suele dividirse en partes y/o capítulos. Allí se expone el desarrollo del tema y la demostración de la o las hipótesis. También incluye las informaciones recogidas expuestas sistemáticamente, las tablas, gráficos e ilustraciones.
Se muestra el método de elaboración de datos y se establecen las comparaciones, se analizan las clasificaciones y se sintetizan los contenidos.
La introducción preparó al lector para aquello que va a encontrar en el cuerpo de la obra como una manera eficaz de atraer su interés y de facilitar la comprensión del contenido. Al mismo tiempo se mencionan los procedimientos intelectuales empleados, como elemento de seguridad para que nadie pueda acusar al autor de poca seriedad, ambigüedad o deficiencia si se los juzgara desde otras perspectivas, propósitos o métodos. En todo caso podrá discutirse el planteamiento mismo del trabajo, pero difícilmente, si el autor es consecuente con sus declaraciones sobre objetivos y procedimientos, se le podrán pedir responsabilidades científicas que no haya asumido explícitamente.
Después del cuerpo de la obra es necesario reservar un lugar especial para las conclusiones del estudio, tan necesarias como la introducción.
6.       Conclusiones
Recoge todas las tesis, tanto básicas como secundarias, que han sido probadas en el cuerpo del trabajo. Al mismo tiempo deberá dejar constancia de los problemas pendientes.
Es conveniente señalar tras cada conclusión, entre paréntesis, los numerales de los capítulos o subcapítulos en los que esté demostrado lo que se afirma. Es decir que en esta última parte se le presenta al lector ordenadamente, en forma sintética y en un lenguaje claro, todo el conjunto de resultados de la investigación.
7.       Anexos o apéndices
El apéndice o apéndices, denominados también “anexos”, constituyen una sección que sigue inmediatamente a las conclusiones. Contienen material complementario o ilustrativo.
Cuando una nota crece en dimensión e importancia propia y no cabe en la secuencia que imprime unidad y agilidad al trabajo, porque su inclusión en los capítulos entorpecería la lectura, puede ser convertida en apéndice si es importante para la comprensión del texto.
Figurarán en apéndice también cuadros, figuras, diagramas y datos estadísticos que, por diversas razones, no pudieron ser insertados como ejemplos puntuales dentro del texto.
El o los apéndices no son estrictamente indispensables, pero hay trabajos que lo exigen. Por ejemplo, una obra histórica en la que hay constantes referencias a un documento lo llevará en el apéndice. Otra sobre un texto literario en el que se estudian aspectos sociales debe incluir el o los fragmentos de ese texto en apéndice.
En general deben ponerse en el apéndice todos los datos y documentos necesarios para la comprensión del trabajo, que citados en el cuerpo dificultarían la fluidez de su lectura.
Una advertencia final: el número de los apéndices debe ser discreto y también su volumen aunque se trate de un solo documento.
8.       Apéndice metodológico
Si bien en la introducción se anuncia la metodología utilizada, se considera como un rasgo de seriedad intelectual incorporar el llamado “Apéndice metodológico” donde se describen minuciosamente las condiciones en las cuales se realizó la investigación.
9.       Bibliografía
La bibliografía es una base capital en el planteamiento y desarrollo del trabajo.
La bibliografía final no debe faltar en un trabajo de investigación, sea éste una monografía, una tesis o un libro, y a veces en trabajos de divulgación.
Si bien la bibliografía consultada se encuentra pormenorizada en las referencias en notas, conviene agruparlas en la bibliografía final, para que el lector no esté obligado a buscar página por página la información que le interesa y pueda tener una visión de conjunto de los materiales usados en el trabajo.
La bibliografía debe contener la lista de obras consultadas, aunque hayan sido usadas solamente para un capítulo o una parte mínima de su trabajo.
De ninguna manera debe citarse en la bibliografía un libro no consultado, porque este proceder es contrario a la ética del investigador.
No es conveniente citar diccionarios, enciclopedias, gramáticas, manuales generales que, aunque hayan servido de orientación no constituyen elementos de relación directa con el tema del trabajo.
La bibliografía se cita en orden alfabético: apellido del autor, luego el nombre y los demás datos según las normas de las fichas bibliográficas.
A veces es posible establecer una clasificación dentro de ella, aunque el orden alfabético debe mantenerse en cada sección. Una de las posibles clasificaciones es: bibliografía general y bibliografía específica sobre el tema; fuentes directas y crítica; libros y manuscritos libros y publicaciones periódicas, actas parlamentarias, documentos de colecciones particulares o archivos. Se elija la clasificación que se elija, dentro de cada sección se respetará el orden alfabético.

                                  APÉNDICES DE ESTA SEPARATA
A.  LAS CITAS TEXTUALES
Cuándo y cómo se cita
Las citas pueden ser de dos tipos: por un lado, se cita un texto para someterlo a crítica o interpretación; y por otro, se cita un texto que apoya nuestra afirmación.
La abundancia y frecuencia de las citas estará dada por el tipo de trabajo que estemos realizando. En este sentido se debe tener en cuenta que:
  1. cuando se realiza un análisis crítico de una obra, grandes fragmentos deben ser transcriptos y analizados pero, a veces,
  2. las citas numerosas y largas pueden ser una manifestación de descuido o incompetencia cuando el autor no quiere o no es capaz de procesar la información, y prefiere copiar lo que dice otro autor.
Reglas para citar a otros autores
a)       Los fragmentos que serán sometidos a un análisis crítico deben ser citados con una amplitud razonable para que conserven su sentido.
b)       La literatura crítica sólo se debe citar cuando sirva para corroborar o confirmar una afirmación nuestra, o cuando aporte algo nuevo.
c)       La cita siempre supone que uno comparte la idea del autor de la misma. De lo contrario, nuestra crítica debe preceder o seguir a la cita.
d)       Cada cita debe remitir claramente al nombre del autor y la fuente, de alguna de las siguientes formas:
·   con llamada y envío a nota;
·   con el nombre y el año de publicación de la obra entre paréntesis (sistema con mención de autor y año)
·   con simples paréntesis que transcriben el número de la página si todo el capítulo o todo el trabajo versa sobre la misma obra de un autor.
e)       Las citas de las fuentes primarias se hacen refiriéndose a una edición crítica o a la edición más acreditada. Normalmente se cita de la primera edición si las siguientes son meras reimpresiones, y de la última si ésta fue corregida y aumentada.
f)        Cuando se estudia una obra de autor extranjero, lo óptimo es poner las citas en la lengua original; lo corriente es usar una buena traducción. En ambos casos es aconsejable agregar, entre paréntesis o en nota al pie, la traducción.
Cuando las citas son muchas y continuas, se debe partir de una buena traducción, indicando quién es el traductor (ficha compleja) e ir insertando breves fragmentos en la lengua original cuando se quiere hacer preciso el uso de ciertos términos.
g)       El envío al autor y a la obra tiene que ser claro, es decir que estén debidamente indicados el autor y su fuente.
h)       Cuando la cita no supera las dos o tres líneas se puede insertar dentro del párrafo, entre comillas. Pero cuando la cita es más larga es preferible ponerla a un espacio y con un margen menor. (Si el trabajo está escrito a doble espacio, la cita puede ir a uno con sangría y sin comillas.)
i)         Las citas deber ser fieles. Esto significa que se deben transcribir las palabras tal y como son; no se debe eliminar parte del texto sin señalarlo con tres puntos suspensivos entre paréntesis o corchetes; cuando deseamos aclarar o especificar algo dentro de una cita, se debe hacer también entre paréntesis o corchetes.
j)         La referencia debe ser exacta, puntual y verificable.
Los riesgos de la paráfrasis
Se debe tener cuidado de utilizar las comillas y citar a un autor cada vez que se está transcribiendo algún fragmento de su obra, para evitar el riesgo de caer en plagio. Se debe estar seguro de que los fragmentos que se copian de las fichas de lectura son verdaderamente paráfrasis, es decir, repetición con nuestras palabras del pensamiento del autor, y no citas sin comillas. Si el lector advirtiera que la página no está parafraseada del texto original sino que está copiada sin utilizar las comillas, se llevaría una muy mala impresión y dudaría de la seriedad del investigador.

B.  LA PRESENTACIÓN FORMAL
Es muy importante una presentación formal de los escritos profesionales  que convierta en agradable y fácil la lectura, para lo cual es indispensable adoptar criterios coherentes que deben ser mantenidos a lo largo de todo el trabajo y constituyen un sistema de presentación caracterizado por la pulcritud y el buen gusto.
No existe un único modelo formal de presentación de trabajos. Se puede elegir entre diversos estilos.

Los aspectos gráficos
Los aspectos gráficos son:
       Tipo y formato del papel. Márgenes.
       Interlineados.
       Tipografías.
       Numeración de páginas.
       Títulos y su diferenciación jerárquica por niveles (título, subtítulo, parágrafo y subparágrafo).

UN EJEMPLO DE DISEÑO GRÁFICO
La elección previa de un estilo gráfico facilitado por la computadora constituye un valioso auxiliar para:
      estructurar el contenido;
      hacer legible el texto, y
      crear plantillas Power Point a partir de los formatos Microsoft.
Tipo y formato del papel
A 4  blanco
Márgenes
Superior                             30 mm
Inferior                               20 mm
Izquierdo                            30 mm
Derecho                             10 mm
Interlineado
Sencillo
Alineación del texto: justificada
Títulos y tipografía
Recomiendo utilizar la fuente Times New Roman, por su legibilidad y disponibilidad en cualquier equipo.
La utilización de los títulos y del estilo normal de Microsoft Word facilita la confección de presentaciones Power Point sobre el contenido del trabajo, si el autor tuviera que exponerlo en público.
A continuación se muestra un estilo de presentación gráfica, que no es de ninguna manera excluyente sino orientativa:

Nivel
Tamaño
Sangría desde la izquierda
Sangría francesa
Espacio anterior (puntos)
Espacio posterior (puntos)
Título 1
Titulo 2
Titulo 3
Texto

18
14
12
11
0,0
0,5
1,0
3,1
3,0
2,5
2,0
0,0
12
12
12
6
18
12
3
0


Estructura del trabajo
·         Portada o carátula
·         Índice general
·         Índice de tablas, figuras o ilustraciones
·         Introducción
·         Cuerpo del documento dividido en capítulos o secciones
·         Conclusiones
·         Apéndice/s
·         Bibliografía
·         Glosario
La numeración de páginas
Se cuentan todas las hojas excepto la portada, aunque no todas llevan el número escrito.
Páginas sin número escrito:
       Índices. Introducción (página inicial)
       Capítulos (página inicial)
       Conclusiones (página inicial)
       Bibliografía (página inicial)
       Portadillas (de apéndice/s, de notas a los capítulos u otras)
Las citas textuales
Serán transcriptas en el mismo cuerpo de tipografía del texto entre comillas.
Cita textual de tres líneas o menos va incluida en el cuerpo del texto.
Los ejemplos que se transcriben a continuación son tomados de la obra Hipertexto de George P. Landow.

EJEMPLO CON CITA DE MENOS DE TRES LINEAS
    El rechazo del texto fijo no necesariamente destruye del todo la Linealidad, ni elimina toda coherencia normal aunque ésta puede aparecer bajo formas nuevas e inesperadas: “En este cambiante espacio electrónico los escritores [...] deberán aprender a escribir sus textos como una estructura de posibles estructuras”.

   La cita textual de más de tres líneas se transcribirá con una sangría importante desde el margen izquierdo y el derecho con un interlineado doble entre el texto anterior y el posterior a la cita.

EJEMPLO CON CITA DE MÁS DE TRES LINEAS
William Dickey, un poeta que trabaja en hipertexto, sugiere que los autores estructuran sus hipertextos creando nexos que ofrezcan varios conjuntos de trayecto de lectura:
          El poema puede diseñarse como un motivo de cuadros anidados,     un grupo de círculos                encadenados, una trenza de  distintos materiales visuales y gráficos, una doble hélice. También puede presentar una sola secuencia principal desde la cual  asociaciones de palabras o de imágenes conducen a subsecuencias y luego vuelven.
Las notas al pie
La llamada se coloca medio espacio más arriba de la línea del texto o en la misma línea, con o sin paréntesis (mantener el criterio al repetir el número al pie), antes del signo de puntuación correspondiente.
La nota se coloca sobre el margen inferior; hay que saber calcular su volumen para reservarle lugar al pie de la página cuando se realiza en forma manual; la computadora lo hace automáticamente.
Puede suceder que la nota rebase hasta la página siguiente, modalidad aceptada.
Las notas existirán como sección si están agrupadas al final de cada capítulo o al final del trabajo (este último caso debe emplearse en trabajos de envergadura).
Apéndice /s
El o los apéndices requieren una portadilla. En las hojas siguientes se colocará el texto del apéndice. Los apéndices se numeran generalmente con letras (por ejemplo: Apéndice A)
Bibliografía
Es la sección final del trabajo y no debe faltar. Bajo el título Bibliografía se colocarán las obras consultadas en orden alfabético estricto, por autores.
Se debe destacar el apellido del autor de la primera línea gracias al procedimiento de marcar de 2 a 8 espacios de sangría en la segunda.
Baruch  Bertochi, Norberto. Las universidades católicas. Buenos Aires : Centro Editor de América Latina ,1987.  129 p.

1 comentario:

  1. enfatizaba que en la introducción había dos componentes fundamentales tales que en su denominación latina, https://elcentroamericano.net/biografia-de-shannon-williams/

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